Dolores Marisa Martínez Moscoso
De una forma comprometida, fina y concienzuda, la autora nos señala aquellos rasgos que nos hacen reproducir la violencia de género, mantener el lugar de poder de aquellos que determinan dónde situarnos. Y no lo hace desde una posición de culpa, de autorresponsabilidad sumando yerros a nuestro ser femenino, no, lo hace desde el análisis minucioso de aquellas lógicas que construimos culturalmente. En sus palabras: “La construcción discursiva de la violencia de género contra las mujeres a partir del acto de su denuncia expresa la tensión presente en lo que puede considerarse, también, un acto de resistencia que se ejecuta en el marco de relaciones de poder y de un sistema de dominación del cual las denunciantes forman parte.” A través de cuatro dimensiones (subjetiva, sociológica, comunicativa, política) nos expone cómo las mujeres víctimas de violencia, a través de la individualización del acto de violencia, de su determinación como un acto aislado entre particulares, se explican la misma como un evento esporádico, fruto de la irracionalidad incomprensible de un sujeto en un momento dado.
Sin duda, este libro significa también un aporte primordial para quienes mediante la investigación busquen construir apuestas metodológicas desde la libertad creativa y comprometida con la comprensión de la cultura. El diálogo fructífero que presenta entre el análisis contextual, el posicionamiento teórico y sus posibilidades de operacionalización, brinda senderos para el estudio de procesos socioculturales en redes desde múltiples miradas.