Los desafíos de la cultura digital, así como los de su participación social, están lejos de circunscribirse exclusivamente al acceso de la información, por que implican la comprensión de su apropiación, de la aprehensión del contexto donde se llevan a cabo las interrelaciones y el entendimiento de que el espacio virtual ha creado nuevas oportunidades que permiten aprender comunicar, colaborar y socializar el conocimiento. Los desafíos para entender la cotidianidad y las posibilidades de la educación en la cibercultura pueden resumirse en la superación de las brechas digitales: primero con el acceso y, posteriormente, con las competencias requeridas para acceder a una información plural y veraz, que permite que las tecnologías digitales sean las herramientas para que los jóvenes puedan construir su mundo y cuestionarlo. El mayor desafío, después de la observación de fenómenos culturales complejos en el espacio virtual, es volver a reflexionar acerca de aquellos conceptos que daban sentido a las prácticas, para dar cuenta de esta nueva realidad, de manera que se tenga un referente en tanto intención didáctica y de enseñanza.