Interesante y a la vez preocupante es el tema de esta obra. Por una parte, asombra el avance cuantitativo y cualitativo de los sistemas y tecnologías de la información y la comunicación (TIC), mientras que miles de millones de personas carecen de las mínimas posibilidades de estar informados y comunicarse. Las brechas digitales se amplían y diversifican, lo que hace más compleja la búsqueda y aplicación de estrategias adecuadas para la inclusión digital, la cual, además, debiera ser equitativa, pertinente y justa. Es preocupante ver cómo, en la medida en que se avanza en el desarrollo de las tecnologías, más se agudiza la marginación en la llamada era digital, de la que sólo participa una minoría. Los textos presentados en este libro son una valiosa aportación a la reflexión, por sus ideas de lo diversa y compleja que es la situación de las brechas digitales y lo igualmente complicadas y visionarias que debieran ser las soluciones. Más allá de lo que dicen, lo importante es lo que motivan a decir y cómo actuar en este fenómeno social de desarrollo tecnológico, tan admirable, pero tan excluyente, en el que la pobreza limita el acceso y la falta de acceso propicia más pobreza